lunes, 17 de diciembre de 2012

Año 2013

          
Comienza un nuevo año y aunque el número 13 no gusta a mucha gente, esperamos que éste nos traiga buena suerte y ventura a todos y que la “crisis” que nos viene afectando empiece a desaparecer, y el sistema económico que ha sumido en la pobreza a tantos compatriotas y personas venidas de fuera, pensando en mejorar su vida, cambie.

 

Que los bancos se humanicen y los ricos se den cuenta de que por mucho  más dinero que acumulen no van a ser más ricos, que repartan con los pobres y no con los acaudalados de siempre, se les abran los ojos y se den cuenta de que no están solos en el mundo.

 


Yo les invitaría a nuestra Aula de Cultura de Adultos, que es una escuela popular donde se aprenden no solo conocimientos si no muchas mas cosas. Puede que alguien se pregunte: ¿a estas alturas que necesidad tenéis de aprender más, no sabéis ya bastante  con vuestra edad, que más hay que saber?  Pues sí, hay mucho que aprender todavía. 

Aquí nos encontramos con personas con las que compartir experiencias, respeto, reflexión, vivencias, amistad y  crítica constructiva. De todo ello tomamos conciencia y gracias a esto crecemos, cultural y personalmente.


Que no  piense nadie que el Aula es una colegio o academia donde se imparten clases a cambio de dinero, no, el Aula es un proyecto educativo totalmente altruista y voluntario donde hay un ambiente y un trato personal especial y se comparten, además de materias muy variadas, tanto culturales como de crecimiento personal, conferencias y charlas que  dan lugar al diálogo, el aprendizaje y a los conocimientos que cada cual demanda o necesita, y donde reina la armonía y un espíritu muy especial.


Qué bueno sería que en todos los barrios del  país, existiera un lugar como nuestro Aula, creo que así ganaríamos muchos.


Felices fiestas a todos.


Inés

2 comentarios:

  1. A mi me encanta el nº 13. Muy bién Inés, que acabe ya tanta corrucción, y que todos los que nos han robado, devuelvan el dinero, y sean juzgados y castigados como se merecen.
    ¿Creen que si les da un infarto se van a llevar el dinero que han robado? Pues no, todos nos vamos de este mundo ligeritos de equipaje, desnudos como nacimos.

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