jueves, 25 de abril de 2013

TALLER DE RELAJACION

 

Hace poco, decidí retomar una vieja costumbre ya en desuso: la de escribir un Diario. Una de las razones, es la de que con los años, la memoria se va haciendo cada vez más perezosa; a veces ocurre que no recuerdas lo que has hecho el día anterior. 
Así pues, teniendo un Diario, siempre puedes recurrir a él y volver a evocar los hechos vividos con más calma y quizá incluso con distinta perspectiva.  
Otra razón es la de practicar la escritura y encontrarte a través de ella en tu propia y legítima intimidad.
Pero un Diario quedaría incompleto si no contásemos las pequeñas “grandes cosas” que nos ocurren cotidianamente y que dan sentido a nuestra vida. 
 
Por eso, todos los miércoles cuando llego a casa después de asistir al Taller de Relajación, me hace ilusión anotar en el mío, lo que hemos hecho durante la clase.
Ahora, me gustaría contaros cual es el contenido de éste taller. 
 
El Taller de Relajación se imparte los miércoles y jueves. 
Haciendo honor a su nombre, en la clase se respira un aire de tranquilidad nada más llegar. Pero no penséis que en ese momento vamos como cohetes a tumbarnos en la colchoneta, aunque después de un intenso día estemos tentados a hacerlo. Lo primero que hacemos es sentarnos en corro y comentar espontáneamente algún que otro incidente reciente, para pasar a continuación a tratar un tema principal. A pesar de que esto suene un poco serio, a veces el tema resulta ser un JUEGO, un juego sí, pero con fundamento; para comprobar que grado de atención solemos tener.
También en ocasiones, el grupo se encarga de buscar información sobre algún PAÍS diferente a nuestra cultura y saber así más de su historia, costumbres, estado social… luego se pone todo en común y resulta muy interesante.
Pero lo que hacemos más a menudo, es aprender a conocer nuestro cuerpo, ese cuerpo al que saludamos ante el espejo cada mañana al levantarnos y que tanto nos cuesta de entender a veces. 

Descubrir por ejemplo, cómo influyen las emociones en nuestra salud, o cómo cada lado de nuestro cerebro define nuestras capacidades y que ese mismo cerebro segrega sustancias, que producen el mismo efecto que cualquier antidepresivo, son algunos de esos aprendizajes. Habitualmente, recurrimos a la medicina tradicional cuando tenemos una dolencia, desde luego eso es lo más rápido, pero sería bueno intentar curarnos con terapias más naturales, aunque requieran más paciencia y observación.
Algunas de esas terapias se encuentran en el AUTOMASAJE y en la RESPIRACIÓN CONSCIENTE : todos nuestros órganos externos son puntos reflejos de los internos así pues masajeando los primeros estamos mejoramos los segundos. De igual forma, la RESPIRACIÖN, es la principal fuente de vida; de ella dependen todas las funciones vitales de nuestro organismo y está relacionada directamente con la mente.

LA RESPIRACIÓN CONSCIENTE, la trabajamos en el espacio de RELAJACIÓN. 
Echados ya en la colchoneta y tapados con nuestra mantita, inspiramos y expiramos lentamente. Guiados por la “envolvente” voz de la monitora, nos dejamos llevar por la suave música y… como es de suponer, esto es bastante “peligroso”, tanto aflojar… tanta ausencia de tensión… nos conduce directamente al sueño. Menos mal que el repique del cuenco tibetano, nos devuelve a la realidad.
Una vez sosegados el espíritu y la mente, pasamos a practicar la DANZA. Las DANZAS griegas son de lo más gratificantes, sentimos la armonía de todo el grupo cuando uniendo las manos notamos pasar la energía y las buenas vibraciones. Como terapia es ideal para terminar el día.
La mayoría de vosotros, habréis comprobado que lo de bailar es contagioso, un contagio muy saludable. Recordad por ejemplo, las exhibiciones en las fiestas de Navidad.
Y estas son a grandes rasgos, las actividades que disfrutamos en el taller. Aunque no es lo mismo contarlo que experimentarlo.
Por último, no puedo dejar de decir, que este Taller de Relajación es posible gracias a Loli, que más que monitora, es nuestra amiga y hace que nos sintamos cada día mejor.

Charo – Abril 2013


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