jueves, 28 de febrero de 2013

           EL CINE COMO ARTE Y REFLEXIÓN

El pasado viernes día 22 de febrero, tuvimos una nueva sesión de el Cine como Arte y Reflexión, con la película de 1936 de Charles Chaplin, “TIEMPOS MODERNOS”.

Aparte de hacernos pasar un rato muy divertido con las peripecias de Charlot, nos olvidamos por un momento de las preocupaciones e incertidumbres que últimamente nos aquejan.

Esta película, antigua pero muy actual, nos hizo recordar también las clases de Historia que dimos no hace mucho con Esperanza, sobre la Revolución Industrial sus ventajas y sus inconvenientes.

Nos cuenta esta historia magníficamente narrada, la alienación de las personas bajo la tiranía de los empresarios y el capitalismo.

Los obreros trabajan y viven como verdaderos rebaños de borregos.
 Parece que en la vida no hay más que afanarse compulsivamente “apretando tuercas”, ocupando el especio del compañero, como uno mas de los engranajes de una gran máquina, trabajo que supone al protagonista, un pobre hombre, ingenuo y bondadoso, una especie de esquizofrenia, que le impide comportarse adecuadamente. Sale del trabajo apretando tuercas por todas partes, como un loco.


La incomprensión de los patronos, que sólo ven en el obrero solo un medio
y una manera de ganar dinero, cuanto mas deprisa mejor, sin tener en cuenta sus necesidades, privándoles incluso de los momentos que debía ocuparse  de comer, inventando incluso artilugios para que no dejen de trabajar mientras comen...




No voy a contar la película, pues todos la hemos visto, pero mi particular reflexión es que en la actualidad estamos sufriendo cosas muy parecidas, debido al capitalismo, a las empresas y al tipo de sociedad en  que vivimos y que nos tiene oprimidos y desalentados.
Todos, creo, somos conscientes de que de una manera u otra, estamos volviendo a esos “tiempos modernos”, donde los trabajadores tenían pocos o ningún  derecho, y que los que a lo largo de la historia, con sangre, sudor y lágrimas se han ganado, nos los están quitando poco a poco.

Menos mal que al final de la película, hay un rayo de esperanza, amor e ilusión. Soy optimista y esta situación que ahora vivimos no durará para siempre.

A lo mejor esto que pienso es una utopía, pero: LAS UTOPÍAS ESTÁN PARA CUMPLIRSE
Un abrazo para todas y todos.
Inés. 1-3-2013

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