Un hermoso texto de nuestra compañera Charo Parajuá.
LA
EXPERIENCIA DE LEER
Mi
experiencia como lectora, va unida (como es natural) a mi experiencia
de vida. Siendo muy niña, las letras empezaron a establecer conmigo
una tímida relación.
Mi
madre hacia un cocido madrileño riquísimo y la sopa no era de
fideos no, era sopa de letras.
Después cuando ya conocía el
alfabeto, ella y yo recorríamos las calles del barrio y nos
parábamos en cada esquina para leer los nombres que figuraban en las
placas azul cobalto.
También hacíamos “excursiones” por la red
del Metro de Madrid. Allí sí que había oportunidad de
practicar!!. Todo un laberinto de pasillos y escaleras, se abría
ante nosotras. Era maravilloso ir uniendo letra a letra y poder
formar nombres de estaciones como las de: Cuatro Caminos, Quevedo,
Sol, Delicias…con cualquiera de estos títulos se podría construir
una historia.
Mi
relación con la lectura se afianzó; aparte de los libros de texto,
los domingos me compraban un TBO llamado “Florita”, yo lo leía
una y otra vez esperando con ilusión la siguiente entrega.
Como
en toda relación normal, entre la lectura y yo también ha habido
altibajos, no siempre hemos estado de acuerdo; algunas historias me
han divertido, otras me han aburrido y con algunas de ellas he
llegado a llorar.
La
lectura me ha llevado a veces a lugares paradisiacos y otras a
parajes desoladores, me ha puesto en contacto con personajes
admirables y también con otros abominables.
Yo por mi parte la he
dado plantón en más de una ocasión, sobre todo cuando las labores
domésticas “me llamaban al orden”. Ella en vez de enfadarse, me
ofrecía al siguiente encuentro algo sustancioso y emocionante cosa
que yo agradecía y me hacía cambiar el orden de prioridades.
Creo
que me estoy haciendo mayor, últimamente me dejo llevar por el amor.
Siento que las letras me quieren y a mí me satisface
corresponderlas.
Charo
Parajuá – 23-11-2012
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